El reto: confort en clima mediterráneo
La vivienda se encuentra en Llavaneres, un municipio costero con clima típicamente mediterráneo: veranos calurosos, inviernos suaves y largos periodos de sequía. Los propietarios querían mejorar el aislamiento térmico para reducir la dependencia del aire acondicionado y, al mismo tiempo, integrar la casa en el paisaje natural que la rodea.
La solución: una cubierta verde extensiva adaptada al entorno
El equipo técnico optó por una cubierta extensiva, ligera y de bajo mantenimiento. Se instaló un sistema multicapa con impermeabilización, drenaje y sustrato técnico, sobre el cual se plantaron especies resistentes a la sequía como sedum y aromáticas mediterráneas.
Este diseño garantizó que la cubierta soportara las condiciones costeras, con menos necesidad de riego y una integración natural con el entorno.
Los resultados: eficiencia, estética y bienestar
- Menor consumo energético: la temperatura interior bajó varios grados en verano, reduciendo el uso de aire acondicionado.
- Mayor confort: los propietarios notaron un ambiente más fresco y silencioso dentro de la vivienda.
- Integración paisajística: la cubierta verde permitió que la casa se fundiera con el paisaje de la costa catalana.
- Sostenibilidad real: se redujo la escorrentía de agua de lluvia y se creó un pequeño hábitat para la biodiversidad local.
“Lo mejor fue notar cómo la casa se mantiene fresca en verano sin necesidad de abusar del aire acondicionado”, comentaron los propietarios.
Conclusión: un modelo replicable
El proyecto de Llavaneres demuestra que una cubierta verde no es solo una opción estética, sino una solución práctica para mejorar la eficiencia energética y el confort en viviendas mediterráneas. Este caso de éxito confirma que la construcción sostenible es posible, incluso en entornos desafiantes, aportando valor tanto a los propietarios como al medio ambiente.